El índice glicémico muestra la forma en que los alimentos que contienen carbohidratos como frutas, vegetales, granos, legumbres y lácteos afectan nuestros niveles de azúcar en la sangre. Como lo dice David Mendosa en su sitio web, “El índice glicémico no mide la cantidad de los carbohidratos, sino su calidad”
Todos los carbohidratos, tengan un índice glicémico alto o bajo, finalmente se convertirán en azúcar, la cual es imprescindible para cargar de energía nuestro organismo y facilitar que funcione correctamente. Cuando consumimos carbohidratos, el azúcar que se genera no se convierte en energía de inmediato, sino que se metaboliza en una hormona llamada insulina, la cual desde el páncreas envía el azúcar restante a otros órganos como el hígado, los músculos y demás células que almacenan el azúcar de reserva.
El problema es que usualmente elegimos alimentos con índice glicémico alto que desbordan la capacidad de almacenamiento del azúcar y en lugar de beneficiar nuestra salud, pueden tener efectos secundarios como abrir el apetito, cambiar nuestro estado de ánimo, o peor aún, incrementar significativamente nuestros niveles de azúcar en la sangre, generando enfermedades como la diabetes, la obesidad y problemas cardiacos.
En estos meses he incrementado el consumo de alimentos que contienen un índice glicémico bajo (0 a 55) y he evitado aquellos que tienen un número alto (70 o más). Esto además de disminuir el azúcar en mi sangre, también me ha ayudado a generar mayores niveles de saciedad, disminuyendo mi apetito, manteniendo controladas las calorías que consumo y obviamente ayudándome a perder peso.
Tengan en cuenta que nuestro cuerpo es inteligente y si hoy nos comemos algo con índice glicémico alto, inmediatamente no se reflejará en nuestra salud, pues el efecto es progresivo, así que un antojito de vez en cuando, y especialmente en navidad, no nos afectará. Y también funciona a la inversa, si incluimos en nuestra rutina aquellos alimentos con índice glicémico bajo, el cuerpo también responderá saludablemente regulando todos sus niveles y mejorando nuestra salud.
Por eso digo que no he dejado de comer, sino que he reemplazado unos alimentos por otros y cada vez se hace más sencillo pues en internet existen numerosos sitios con listas de productos y sus índices glicémicos que nos ayudan a elegir los ingredientes con inteligencia. Aquí les comparto algunos de ellos por si quieren profundizar acerca del concepto del índice glicémico y acceder a las listas de alimentos.
http://www.mendosa.com/gilists.htm
http://dietgrail.com/gid/
http://www.montignac.com/en/search-for-a-specific-glycemic-index/
Todos los carbohidratos, tengan un índice glicémico alto o bajo, finalmente se convertirán en azúcar, la cual es imprescindible para cargar de energía nuestro organismo y facilitar que funcione correctamente. Cuando consumimos carbohidratos, el azúcar que se genera no se convierte en energía de inmediato, sino que se metaboliza en una hormona llamada insulina, la cual desde el páncreas envía el azúcar restante a otros órganos como el hígado, los músculos y demás células que almacenan el azúcar de reserva.
El problema es que usualmente elegimos alimentos con índice glicémico alto que desbordan la capacidad de almacenamiento del azúcar y en lugar de beneficiar nuestra salud, pueden tener efectos secundarios como abrir el apetito, cambiar nuestro estado de ánimo, o peor aún, incrementar significativamente nuestros niveles de azúcar en la sangre, generando enfermedades como la diabetes, la obesidad y problemas cardiacos.
En estos meses he incrementado el consumo de alimentos que contienen un índice glicémico bajo (0 a 55) y he evitado aquellos que tienen un número alto (70 o más). Esto además de disminuir el azúcar en mi sangre, también me ha ayudado a generar mayores niveles de saciedad, disminuyendo mi apetito, manteniendo controladas las calorías que consumo y obviamente ayudándome a perder peso.
Tengan en cuenta que nuestro cuerpo es inteligente y si hoy nos comemos algo con índice glicémico alto, inmediatamente no se reflejará en nuestra salud, pues el efecto es progresivo, así que un antojito de vez en cuando, y especialmente en navidad, no nos afectará. Y también funciona a la inversa, si incluimos en nuestra rutina aquellos alimentos con índice glicémico bajo, el cuerpo también responderá saludablemente regulando todos sus niveles y mejorando nuestra salud.
Por eso digo que no he dejado de comer, sino que he reemplazado unos alimentos por otros y cada vez se hace más sencillo pues en internet existen numerosos sitios con listas de productos y sus índices glicémicos que nos ayudan a elegir los ingredientes con inteligencia. Aquí les comparto algunos de ellos por si quieren profundizar acerca del concepto del índice glicémico y acceder a las listas de alimentos.
http://www.mendosa.com/gilists.htm
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http://www.montignac.com/en/search-for-a-specific-glycemic-index/