Berenjena

Siempre fallaba al intentar incluir la berenjena en mi dieta, pues en cada ocasión me quedaba amarga, se quemaba, no quedaba en el punto justo de crocancia y su sabor simplemente no era bueno. Pero finalmente, después de aprender a eliminar su amargor, este ingrediente se ha convertido en un gran aliado para la pérdida de peso, pues no solo tiene poquísimas calorías, un nivel de saciedad inmenso y rinde milagrosamente, sino que su versatilidad en la cocina y delicioso sabor se acomoda a todo tipo de preparaciones.

Además de contar con un gran porcentaje de fibra, vitaminas y minerales, las berenjenas proveen una alta cantidad de antioxidantes, sustancias que contribuyen a disminuir los radicales libres, toxinas conocidas por ser las causantes de graves enfermedades crónicas como el cáncer y la hipertensión, entre muchas otras.

Aunque no se tienen resultados concluyentes en humanos, algunos estudios adelantados en animales han probado que comer berenjena puede mejorar la función cardiaca y reducir los niveles nocivos de colesterol y triglicéridos. Igualmente, gracias a sus pocas calorías y a su alta concentración de fibra, la berenjena no solo ayuda a perder peso, sino también a disminuir los niveles de azúcar en la sangre.

Ya sea en un ratatouille, en una sopa de berenjena con zucchini o en una lasaña con pimientos rojos, este ingrediente puede servir como sustituto de otros alimentos que normalmente tienen más calorías, aportando gran sabor y textura a tus preparaciones, pero además, regalándole múltiples beneficios a tu salud.

* Los alimentos con un índice glicémico inferior a 55 son ideales para incluir en una dieta donde se esté controlando o disminuyendo el nivel de azúcar en la sangre.